18 HORAS EN MIAMI

Pocas veces la respuesta es NO si la pregunta es acerca de un viaje o en referencia una nueva aventura. Y el propósito de Costa Rica mezclaba el viaje a un nuevo país y la aventura de un proyecto de investigación. Por eso, como antropóloga y profesional de la curiosidad, no dudé en embarcarme en este nuevo reto.

«Las aventuras de hoy serán el recuerdo del mañana»

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Miércoles 20 de agosto. 4 a.m de la mañana suena la alarma: Empieza el viaje Rumbo a Costa Rica.

Primer viaje: BARCELONA – MADRID (Todo bien y sin retraso) vuelo con Vueling.

Segundo viaje: MADRID – MIAMI 

Volamos con American Airlines y nuestra espera en Madrid se alargó una hora más de lo esperado. Pero ¡keep calm! con tanto nervio e ilusión para mi esperar un poco más era lo de menos, no me iba de una hora más…o menos.

Os explico cómo fue el pre-embarque…

Antes de subir al avión, en el momento de facturar las maletas, nos vimos sometidos a tal investigación por parte de la trabajadora de la compañía (AA) que ni CSI, ni el FBI ni mi madre me llegarían a interrogar de esta manera. Vaya como si fuera sospechosa de ser la cabecilla de una mafia roba-cachorros-de-países-del-este.

Pero todo fue bien, tras pasar el cuestionario/interrogatorio y nos dio vía libre ¡YUHU!

¿Qué me preguntaron? Me preguntaron qué iba a hacer en Costa Rica, cuántos días, con quien, que le dijera algunas playas o dónde nos íbamos a alojar…

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Durante mi espera hasta pude poner un tenderete. A punto estuve de vender uno calcetines

En fin, llegó el momento y embarcamos. Nunca había subido a un avión de tal calibre y la verdad que me impresionó bastante. Los asientos eran cómodos pero la manta que nos dieron no ayudaba demasiado a aliviar el frío, así que decidí sacar mi saco de dormir. Sí, dentro del saco sí que estaba agustito.

Lo mejor, era la pantalla que cada uno tenía frente al asiento, con ella podías jugar (ojo con los vicios que me pegué jugando al Tetris), también podías ver películas y hasta podías chatear con otros pasajeros. La comida y la merienda que nos sirvieron debo decir que estuvo bastante bien, le pondría un 8. Lo siento no tengo fotos, no pensé en hacerle, tenía hambre. Encuentro un gran acierto la posibilidad de pedir menú vegetariano, también creo que habían menús especiales para celíacos.√

8 horas de vuelo más tarde…

Llegamos a Miami a las 16h (hora local)

El control de inmigración y de aduanas fue todo correcto, ningún problema, no hubo inspección, ni interrogatorio, ni nada fuera de lo normal.

Teníamos por delante unas 18 horas antes de subirnos al último avión avión para llegar (al fin) a nuestro destino.

Por ello, decidimos salir a descubrir qué nos deparaba MIAMI

Al salir del aeropuerto cogimos el bus Miami Beach Airport Flyer 150 por 2.65$ el trayecto.

[EN LA PARADA DEL BUS DEL AEROPUERTO HAY WIFI GRATIS, dentro del aeropuerto hay pagando]

Bajamos en la parada de Lincoln Road & Washington Ave y desde ahí nuestra misión fue dejarnos perder. Pero curiosa la vida y fascinante el destino que nos pasó lo que jamás podríamos haber imaginado.

Fuimos por-no-sé-qué-calle y David, nuestro compañero de viaje de pronto saludó muy eufóricamente a una pareja. Resulta que eran unos amigos con los que hacía una semana estaban juntos en México celebrando la boda de David. Ante la grandísima sorpresa, ya que ninguno sabía de la visita a Miami del otro, decidimos volvernos a ver después de cenar y así tomarnos unas copas juntos.

Mientras, nosotros fuimos a la playa antes de ir a cenar… (la anécdota no acaba aquí, esperad…)


Pisar Miami fue sorprendente por el hecho de estar en «Miami», por ver algunas cosas curiosas como los semáforos que cuelgan de los cables o los significativos coches de policía. Pero en sí, lo que vi de esa ciudad no me fascinó por ninguna peculiaridad o encanto propio de la ciudad. Me pareció, otra ciudad cosmopolita más. De hecho, si estando en Barcelona me hubieran tapado los ojos y me hubieran llevado a Miami y hubiera abierto los ojos en esta ciudad americana, hubiera pensado que seguía en Barcelona. Vaya, que será esto de la globalización urbanística, que hace que todo se parezca y se pierda la magia.

Por otro lado, sí que me parecieron curiosas las centenares de casetas salvavidas; todas de distintos colores y formas y la temperatura del agua de la playa. ¡¡¡Jamás estuve en aguas tan calientes!!!


Una vez visitada la playa, nos fuimos a la búsqueda y captura de algún lugar para comer. Después de un largo tiempo subiendo y bajando por Bulevar Ponce De Leon, nos decidimos por una pizzería. Spritz Pizzeria & Ristorante. Los tres comimos una pizza y estaba riquísima. La cena nos costó alrededor de unos 16€.

Y se añadieron los amigos que nos encontramos…

¡Tras algunas copas y cervezas surgió una gran idea!

Ese momentazo, ese encuentro tan sorprenderte y curioso debía sellarse en nuestras mentes, y que mejor recuerdo que aquel que lo puedes ver cada día sellado en tu piel. Pues sí amigos y amigas, nos fuimos rumbo a una tienda de tatuajes.

Estaba muerta de sueño, ya debería llevar más de 24 horas despierta y sólo me dejé llevar, cual zombi de The Walkind Dead…

Tras un riguroso análisis de los mejores tatuadores de Miami, made in google: ver tatuadores en Miami y apostar por el que tenía más estrellas………… Nos acercamos a uno que no debería estar muy lejos. Nada más llegar me acomodé en una silla, me apoyé en un muro dentro de la tienda… y me dormí.

[Zzzzz]

Podría haberme despertado a lo Resacón en las Vegas con un tatuaje en la cara, pero por suerte quien llenó su piel de tinta no fui yo.

Medio dormida y sin saber dónde estaba, qué día y quién era yo, decidimos volver al aeropuerto para dormir de «verdad» en el comodísimo y acogedor suelo del aeropuerto.

¿Cómo volvimos al aeropuerto a las 2.30 de la madrugada?

Pues bien… miramos y a esas horas no habían buses y los taxis eran muy caros, así que gracias a una mujer muy apañada nos volvimos al aeropuerto en Uber-taxi. Mediante la app «lyft» la mujer nos solicitó un coche que nos llevaría hasta nuestro destino. El pago también se efectúa mediante la app, así que nosotros le pagamos de antemano a la mujer que nos solicitó el taxi (y más de la cuenta por las molestias) . **Recurrimos a la amable mujer desconocida porqué nosotros no teníamos internet, por eso ella tuvo que ayudarnos.

…Por fin llegamos al aeropuerto, encontramos un agradable rincón y dormimos los tres bien juntitos. ¡Bueeeeenas noooooches! 

* [Por cierto….¡Ojo!, porque las bebidas alcohólicas sólo se pueden tomar en las terrazas de los bares hasta las 2.a.m, después pueden multar]

¡HASTA EL PRÓXIMO POST! 

«COSTA RICA PARTE 1º»

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