Viaje a la inopia

18.EIVISSA

Hubo una vez un viaje que fue más mágico que geográfico, más místico que turístico.
Un viaje que vino sin avisar y se acabó sin terminar.

Fue como un río de vino;                                                                                                                        me embriagó tanto…

y después, se fue.

Ese viaje nunca tuvo billete de ida pero siempre estuvo de vuelta. Y sé que tengo la manía de empezar por el final, pero este viaje no tuvo que comenzar. Pero al final, nos quedamos más de la cuenta sin días de reserva.

Hubo un viaje…que dejó mi maleta maltrecha,el mapa desorientado, la brújula desordenada y las postales sin postdata.

Ese viaje nunca tuvo hospedaje, ni llenó el espacio de bagaje. El álbum de recuerdos los llenó de olvidos y los olvidos de distancia. Las presencias de ausencias, las preguntas sin respuesta y las respuestas se llenaron dudas.

Ese viaje tenía sabor a café; a veces amargo, a veces dulce pero siempre fuerte. Y con aroma a exigencia, con mucha demanda y poca oferta.

Fue un viaje más sarcástico que fantástico, donde la única verdad eran las mentiras.

No sé donde me llevó pero sí sé donde me dejó, que al infinito no llegó y que la cruel realidad se asomó.

Nada fue más útil que decir adiós y no dejar a este viaje con propinas, no fuera a ser que construyéramos unas ruinas.

Me conformo con que ese viaje no vuelva, que el mundo es demasiado grande para un viaje tan estrecho.

Y por si se muere de amor el viaje, que viva la libertad. 

…hubo un viaje.

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